El tiempo es relativo, pasa rápido, corre lento.
Te miro desde el otro lado de la sala, me descubres, sonríes y me desvió, huyo.
Te acercas, y miro la vida, me sorprendes y callo, me hago dueña de un silencio inexistente, de tus secretos, de tus miradas furtivas.
Eres diferente, opuesto, callado, desconocido, absoluta y definidamente desconocido para mí.
Pero da absolutamente igual, como un niño me miras y comienzas a llorar, acaricio tu delicado rostro empapado y me lo cuentas, me enseñas el vacio y te haces conmigo.
Cambiamos la verdad, robamos papeles, y en secreto, sin querer, nos hacemos conocidos, por necesidad.
Te miro desde el otro lado de la sala, me descubres, sonríes y me desvió, huyo.
Te acercas, y miro la vida, me sorprendes y callo, me hago dueña de un silencio inexistente, de tus secretos, de tus miradas furtivas.
Eres diferente, opuesto, callado, desconocido, absoluta y definidamente desconocido para mí.
Pero da absolutamente igual, como un niño me miras y comienzas a llorar, acaricio tu delicado rostro empapado y me lo cuentas, me enseñas el vacio y te haces conmigo.
Cambiamos la verdad, robamos papeles, y en secreto, sin querer, nos hacemos conocidos, por necesidad.
Hoy-> Dime que nunca lo has pensado. El columpio asesino
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