martes

Incapaz de transmitirte...

No ayuda, solamente sé dedidca a mirarme desde el otro lado del sofá.

Ya ves, soy un loco y son más de las tres,
ya sé que está mal romper ventanas de un bloque
para encontrarte y decirte "no habrá más reproches".

Intento mostrarte que lo mío es real,
quise alquilar un cantante de peso
y, la verdad, me asusté al leer esos precios.

No serás capaz de odiarme,
tan sólo quería ilustrar
que quiero arriesgarme a conocerte

porque el miedo al fin cayó, al fin cedió.

Tú mira hacia abajo, llevo una banda especial,
doscientos sonámbulos que silban de miedo,
flautistas morenos y seis timbaleros, dos mancos
y espectros de noche que encontré en la ciudad,
como este anormal con un didgeridoo negro,
mal ventilado y peor de los nervios que yo.

No serás capaz de odiarme,
si lo he empeorado aún más
que bajen tus labios y me callen,

sino empezaremos a silbar.

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